Si hay un tema importante en la sociedad peruana, es la memoria. El esfuerzo de memoria, no solo para hablar de los momentos violentos de nuestra historia como país, sino de aquellas cosas que nos representan con una cierta especificidad como sociedad y construyen nuestra narración nacional, nuestro mundo simbólico e imaginario, o sea, aquellas personalidades que a fuerza de talento, riesgos, logros y caídas dibujan un rostro siempre distinto y único. Elba Luján construye un mosaico de micro-biografías de personalidades de nuestro país, lo que en cierta forma significa lo que se dice una identidad. Y un lenguaje común. Con un talento enorme para la síntesis, Elba, acerca el lente con espontaneidad, sin pedantería académica, con oído poético y una mirada que funciona casi como una segunda piel. Esas “Vidas minúsculas”, o ejemplares, son un verdadero disfrute. Sin duda un libro esencial. 

1. En tu libro ¡Qué tal vida! (Ediciones Trascender, 2018) se nota una mirada vitalista, que no se somete a lo que podría ser considerado como “dramático” (pathos) no hay fatalismo y eso es nuevo. ¿Cómo hiciste?

La verdad es que no me lo propuse, al menos conscientemente. Es probable que las cosas hayan sucedido al revés, es decir que esa mirada vitalista que observas no haya surgido de mí, sino de ellos, de cada uno de los 25 personajes que aparecen en el libro, y simplemente me impregnaron de su fuerza y entusiasmo. Ha sido un privilegio rastrear y bucear un poco en sus vidas, he reído, he llorado, he sentido sus luchas como propias y, principalmente los he adorado. Me impresiona la vigencia de sus pensamientos, de sus palabras; son, como muchos peruanos que no se dejan avasallar por el lodazal, la reserva moral y vital de nuestro país, aprender de sus vidas, acercarnos a sus obras es como recibir el aire fresco del mar o de las montañas.

2. Hay poco interés por la historia en nuestro país, por sus protagonistas, por sus artistas y escritores o escritoras, ¿cómo se explica ese vacío desde tu perspectiva?

Siempre me ha rebelado la desvalorización que hasta hoy sentimos hacia lo nuestro, hacia lo que nos es propio. Desde la cuna hemos mamado un desprecio infinito hacia nuestra raza, nuestra gente, nuestras costumbres; vivimos como disociados, retóricamente nos enorgullece nuestro pasado prehispánico, pero abominamos del indio y del cholo que, pese a quien le pese, vive avergonzado en nosotros. Pero eso está cambiando, hay un movimiento cultural enorme, los jóvenes están creando, investigando, trabajando a pesar de las dificultades y la aridez del medio… ahorita me viene a la mente esa barra peruana que en el mundial de fútbol sorprendió a todo el mundo, incluidos nosotros, sin duda fue un fenómeno sumamente conmovedor sobre el que debemos reflexionar, ese grito colectivo fue a mi modo de ver la expresión de un poderoso sentimiento de unidad que como nación me parece fundamental.

3: ¿Crees que realmente la barra nacional crea una identidad cultural durable, no será que es un poco una red de consumistas? Perdona, pero quisiera tu opinión.

La intensidad de esa inmensa voz que salía de miles de gargantas y corazones peruanos es creo la expresión, mínimo, de un espíritu que quiere dejar de hablar de soslayo, en voz baja, como si ya no buscase el reflejo de los otros para legitimarse. Fue sobrecogedor ver el espectáculo que dio nuestra barra, incluso a personas como yo, que no soy precisamente una hincha. Lo menos que podemos hacer es preguntarnos en torno a su significado, seguramente los investigadores sociales ya lo hicieron o lo están haciendo. A mí me parece el germen de algo que está naciendo, esa reunión de voces cantando, abrazadas, sin distinciones de raza ni de clase social, transmitió un sentimiento de unidad sorprendente entre nosotros. Todos hemos escuchado miles de anécdotas sobre la amistad y la solidaridad que en Rusia vivieron los peruanos, esa fue una realidad, no fue ilusoria, fue experiencia, un bellísimo resplandor que transmitimos al mundo.

3. ¿Como hiciste la selección de personajes, incluso de Alicia Maguiña, y qué representarían en la elaboración de una narración, quizás una ficción nacional que sirva para que las nuevas generaciones se identifiquen con modelos distintos de los que ven en los medios?

Siempre me han gustado las biografías y tuve la suerte de trabajar en un equipo de PerúEduca, que fue un programa del Ministerio de Educación. Había que elaborar pequeñas biografías de hombres y mujeres peruanos que luego se difundirían entre estudiantes y maestros a través de una página web. Teníamos libertad para elegir a los personajes, así que busqué escribir sobre mis favoritos. Cuando el proyecto terminó, empecé a reelaborar esos textos y añadí nuevos personajes. Alicia Maguiña estuvo desde el principio, es una personalidad extraordinaria, sus presentaciones surgían de un largo periodo de investigaciones, eran no solo bellísimas, sino de un rigor y una lealtad inquebrantable hacia la tradición más genuina de nuestra música andina, es decir de la costa y de la sierra. Siempre admiré también su voluntad de trasponer las fronteras sociales que empobrecen a nuestro país.

Me encantaría que la sensibilidad, la inteligencia, la convicción y la entrega de este puñado de seres magníficos fortaleciera nuestra variopinta identidad, porque creo que la diversidad nos define, esa es una riqueza marcada hasta por nuestra geografía. Confío en que las nuevas generaciones logren amar e identificarse con este tipo de personas, mucho dependerá de que el Estado salde la inmensa deuda que a nivel escolar tiene con los niños y jóvenes de nuestro país.

4. Elba, tú has publicado poesía, Negro Equino, Mar adentro, Rastros, entre otros libros remarcables por su escritura contenida, compacta e intensa, cómo así te mandaste a escribir estas pequeñas biografías?

Fue algo natural, como quien ordena papeles o algo así. Como había estado trabajando en estas biografías y simplemente seguí jugando con ese material, transformándolo en crónicas, quitándole las amarras, añadiendo otros datos —incluso medio inventados— y dejando solo lo que me parecía imprescindible, creo que buscaba un imposible, algo así como tocar sus almas para que a su vez tocasen las de los lectores... en cierto modo siento que las he trabajado con el mismo espíritu de la poesía, aunque el formato sea tan diferente. Por otro lado, si no fuese por Mauricio Málaga, editor de Trascender, a quien le estoy muy agradecida, este libro seguiría durmiendo el sueño de los justos.

5. A qué se debe su brevedad? Algunas como las de Raimondi, Flora Tristán o José María Arguedas dejan con ganas de saber más...

La brevedad tal vez obedezca a mi escasa capacidad para hablar mucho y a mi general preferencia por la condensación, además sí he querido suscitar en los lectores las ganas de saber más de todos ellos y de tantos otros que nos han precedido, no solo para conocerlos sino para que los estimulen y les transmitan esa garra necesaria para andar por la vida, dando la cara limpiamente a sus desafíos.

6. Hay pocas biografías dedicadas a personalidades peruanas, como si no tuviésemos rostro, que no entiendo, tú? Hay problemas para mirarnos en el espejo, como dijiste, el racismo puede ser la razón, nos da miedo mirarnos también, o no?

Es verdad que la biografía no es un género que se cultive mucho por estos lares, sin embargo existen esfuerzos remarcables que no han recibido mayor atención de los medios. Si me permites, podría mencionar a Ismael Pinto que ha escrito una acuciosa obra sobre Mercedes Cabello, Pedro Favarón lo ha hecho sobre César Moro, Ricardo Silva-Santisteban ha reunido cartas, entrevistas y testimonios sobre Abraham Valdelomar, hace un par de años Ana María Gazzolo logró rescatar la obra dispersa de Raúl Deustua, Jorge Díaz Herrera está a punto de presentar una obra sobre Eguren, Cecilia Heraud ha escrito un hermoso libro sobre su hermano Javier, Sara Beatriz Guardia realiza desde hace tiempo valiosas investigaciones sobre mujeres peruanas, Rosa Alarco publicó un texto fundamental sobre el inolvidable Alfonso de Silva. Creo que mejor no sigo porque sin duda estoy omitiendo a muchos.

7. ¿Por último, cuál es tu personaje retratado preferido y piensas hacer algo parecido o más largo?

Me resulta muy difícil elegir a alguno, todos me parecen adorables. No sé si haría algo más largo, pero sí me hubiera gustado incluir a César Moro, Eielson y a Blanca Varela, en realidad hay tanta gente maravillosa entre nosotros… podría hacerse un listado inmenso.